Somos una organización apostólica y social de trabajadores, por cuya dignidad y derechos lucharemos incansablemente.
Punto 1 del Ideario
Miguel Ángel Calvo García, muy conocido en su tierra de Ávila por su compromiso político, sindical y como concejal del Ayuntamiento de Ávila, ocupando diversos puestos de responsabilidad en la corporación municipal, falleció a los 66 años víctima de un fallo cardiaco el pasado día 3 de mayo.
Miguel Ángel nos decía en un WhatsApp al grupo de las Hermandades del Trabajo, poco antes de su fallecimiento:
“En Ávila, hemos comenzado la celebración del 75 Aniversario con la afiliación de la familia 200, gran satisfacción …”.
Estas palabras nos sirven de testamento de Miguel Ángel que se adelantó a la inauguración del 75 aniversario de HHT. Respondió a la llamada del Señor que le sorprendió en la tarea diaria.
Él vivía con pasión todo lo que hacía, era optimista por naturaleza y tenía esperanza en nuestro Movimiento. Somos conscientes de que ese compromiso social era alimentado con la espiritualidad cristiana de Miguel Ángel, como buen abulense en tierras de Santa Teresa y coincidiendo con nuestra identidad de Hermandades como Movimiento apostólico-social.
Como nos enseña la Encíclica Laudato Sí: “La espiritualidad cristiana propone un crecimiento con sobriedad y una capacidad de gozar con poco…, valorar lo pequeño, agradecer las posibilidades que ofrece la vida sin apegarnos a lo que tenemos ni entristecernos por lo que no poseemos”. (L.Si, 222). Esto lo encarnaba Miguel Ángel en su vida.
“… Jesús nos recordó que tenemos a Dios como nuestro Padre común y que eso nos hace hermanos. El amor fraterno sólo puede ser gratuito, nunca puede ser un pago por lo que otro realice ni un anticipo por lo que esperamos que haga. Por eso es posible amar a los enemigos. Esta misma gratuidad nos lleva a amar y aceptar el viento, el sol o las nubes, aunque no se sometan a nuestro control. Por eso podemos hablar de una fraternidad universal.” (L.Sí 228).
Estamos seguros que Miguel Ángel, que ya forma parte de la Iglesia triunfante, nos ayudará desde el cielo con D. Abundio, que fue quien fundó las Hermandades con el grupo de los primeros militantes que tanto nos han enseñado. Miguel Ángel era fiel a esa forma de comprometerse en este movimiento Apostólico y Social de trabajadores, para trabajadores. Toda su vida fue un compromiso, tanto en la vida familiar como en el mundo de la política, el sindicato y su pueblo, al que quería con toda su alma.
Entendió y vivió el carisma del Fundador de HHT, trabajando por la promoción humana y la formación cristiana de los trabajadores. Esto lo vivía Miguel Ángel, defendiendo la justicia allí donde eran vulnerados los derechos de los trabajadores y de los más humildes de la sociedad y le daba una autoridad moral siendo para todos un “Evangelio vivo’’.
Este testimonio es el que D. Abundio pedía a sus militantes, como recordamos en el siguiente párrafo:
“Yo pediría a todo militante que volcase la presencia que le pide la jerarquía en los ámbitos siguientes: la empresa en que trabaja, la Hermandad donde milita, la barriada donde vive, el sindicato donde debe encuadrarse, y la sociedad política donde se mueve” (d. Abundio 1988)
Amor civil y político:
Hace falta volver a sentir, como nos dice la primera Encíclica del Papa Francisco, Laudato Sí, la cual estudiamos en unas jornadas en Ávila, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo, que nos necesitamos unos a otros, que vale la pena ser buenos y honestos. Al perder a tantos hermanos últimamente sentimos más la necesidad de vivir ese amor fraterno.
“… Ya hemos tenido mucho tiempo de degradación moral, burlándonos de la ética, de la bondad, de la fe, de la honestidad, y llegó la hora de advertir que esa alegre superficialidad nos ha servido de poco. Esa destrucción de todo fundamento de la vida social termina enfrentándonos unos con otros para preservar los propios intereses, provoca el surgimiento de nuevas formas de violencia y crueldad e impide el desarrollo de una verdadera cultura del cuidado del ambiente (L. Sí 229).
Pedimos a Miguel Ángel que desde el cielo vele por su familia, sobre todo por Pilar, su esposa, y por la familia de las Hermandades del Trabajo.
Miguel Ángel, siempre te recordaremos.
Por Marisa San Juan